lunes, julio 28, 2008

Emigre Por Los Caminos De La Vida. parte 2



From Arizona en “Voces del Sur” llega el sudor en canto de arados, la voz de mujeres y hombres de maíz, así la luz de las lechugas, son gentes que emergen del trigo.



El tamborito, fue la bienvenida a mi llegada a la primer tierra morena que encontré en mi camino, Panamá estaba de fiesta; celebraba su independencia y la música llenaba los espacios calientes de esa tierra tropical, algo que sorprendió mi nueva experiencia, esa de ser el conocer las culturas e idiosincrasias de otros pueblos, una primera vez mas en mi: Hoy única en la vida que era testigo de ver como la hora cambiaba, bien recuerdo comportarme como niño, solo y brincando una línea imaginaria en la frontera Tica, Panameña, así veía mi reloj, y me decía son las 3, son las 4; locuras de viajero, era una experiencia nueva, una primera vez...


David el nombre del lugar donde me encontraba, llegue caminando en los largos durmientes que sostienen los rieles del tren y que servían como guía y así arribar a los territorios de la Chiriquí Land Company.

Era un 6 de noviembre de 1,961, tenia toda la estampa de día sábado, ya que el tambor la guitarra y panderetas, adornaban las copas y cervezas, que aquellos campesinos que disfrutaban de una independencia ficticia, pero que la tradición les regalo como algo que celebrar, ya sea con un signo de tristeza, o una inventada alegría, mas una cosa si: había que celebrar el día, ya que no se trabajaba y se les pagaba.


No sé: algo me dijo, este folclor, este ambiente blanco, negro y mulato, sabe a un existir en mi; un algo así... Un sentir que canta los sueños de la vida.


Ahí empecé a conocer la identidad de otros ojos, otras manos, otros pies, otros buenos días, buenas tardes en la vida.


Cuéntame Steve le dije a un joven moreno de raza, unos 26 años de edad y con quien había empezado un platica, en un pequeño comedor donde llegue para matar el hambre y al tiempo que también fui participe celebrando las fiestas patrias.


En este muchacho ya encontré un acento muy lejos de los nuestros en Centro América. -- En que año ustedes se independizaron y fue de Colombia verdad.— Déjame que te diga paisano me respondió, fue un noviembre 6 de 1,903 cuando ya pasamos a ser una república libre, aunque así estemos bajo el dominio de los Estados Unidos.--- Que moraleja le respondí, dime trabajas para la compañía del banano? – Si respondió, desde los 17 años corto y cargo banano.—Y que tal pagan?—A un dólar y veinticinco centavos el día.-- Me puse a pensar en Guatemala un peón trabajando para la Dirección General de Caminos le pagan a 80 centavos de Quetzal. Lo mismo en dólar por un día de 8 hrs.


La miseria y explotación parece que son las mismas hermanas, no importa donde vivan o sean ciudadanos.


Disculpa pelado (muchacho) sonó una vos a lado de nosotros donde nos encontrábamos sentados, ahí en la Ciudad de David; Este ya era un hombre adulto negro también pero de una sonrisa llena de amistad: He estado escuchando tu conversación, me pareció interesante de ver si también yo puedo ser parte de ella.—Claro de que si buen hombre le respondí, será un agrado par mi aprender mucho de ustedes.


Cuentéme le dije existen tribus Indígenas aquí en Panamá? Primero déjame que me presente, soy James Clark. Al respecto de lo que preguntabas, claro pelado me respondió, empezando con el nombre de la patria Panamá viene de la lengua Guaimí que quiere decir “Muchos Peces” Esta patria perteneció antes de la llegada de Vasco Núñez de Balboa en 1,510 a las tribus Cuna, Chocos y Guaimís, quienes tuvieron una población de aproximadamente 150, 000 de ellos, pero después de la llegada de los conquistadores, llego la muerte acompañada de una cruz, que empezó a terminar con el derecho de su existencia, llegaron las epidemias, la explotación inhumana, y los viles asesinatos. Este derecho de supervivencia lo tenían claro, como únicos y verdaderos dueños de la tierra. —Chocoe dijo le pregunte?, donde viven estos Indígenas. -- Hay muchacho me respondió, habitan en los mas lejos de Panamá, allá en las selvas del Darién y del Choco ya frontera con Colombia. —Pienso les respondí que llegare a visitarlos un día de estos.—
Se me quedaron viendo y rieron; tienes tus cojones no pelado me dijo el Sr. Suerte y dichoso tu, si logras llegar a la belleza de esas tierras, dicen que por ahí es raro el hombre blanco que a pisado esas selvas.


Fue así como deje el norte de este país para llegar a la capital Panameña, un lugar lleno de gente, con mucha si de color moreno, algo que también no existía en los archivos de mi vista.


El dinero se acabo, me hospedaba en el cuerpo voluntario de Bomberos de esa ciudad y no me quedo otra que ir a buscar trabajo, cosa que en mi vida nunca lo había hecho.


Mi poca experiencia en el arte del trabajo me llevo a encontrar uno en un lugar donde se limpiaban zapatos, en el mero centro de la ciudad de Panamá, (salón de lustre) era un taller digamos con unas 12 sillas y de una manera moderna que tan solo allá en los billares de la 6ta avenida y 12 calle en Guatemala había visto, mal no me iba; ya que solo en propinas me echaba al bolsillo no menos de 5 dólares diarios, en ese tiempo era buen pisto.(dinero) ah pero siempre existió algo que me delataba y era el ser extranjero, como persona siempre fui bien tratado, aparte de eso que las conversaciones siempre me envolvían, haciendo que la gente pusiera su atención en mi, razón por lo que fue de mucha ventaja a mi parte.


Una mañana como a eso de las diez recuerdo, que el dueño del salón de lustre le dijo a un asiduo cliente, de nombre Rafael Paniagua pero que al momento yo no conocía:-- Oye Pan y Agua, (así le llamaban) aquí tengo trabajando un paisano tuyo, ya tiene tres días con nosotros y es bueno para el shine el pelado, -- Como tu dices man, un Guatemalteco trabajando aquí contigo, quien es el pregunto? Hey tu pelado ven, pues al instante me acerque: diga señor. – Este es Pan Y Agua, paisano tuyo... Me le quede viendo, era un camarada un poco narizón, como de unos 40 anos de edad, le extendí mi mano diciéndole es un gusto conocerle paisano. De donde en Guatemala es usted me pregunto.—De la Antigua le respondí.


A que familia pertenece allá en la Antigua.


Soy hijo de Germán Troccoli y Martha Coronado de Troccoli.—Ala gran puta... no me joda, acaso es que usted es hijo de Totoy, el que estuvo trabajando en la Guardia de Honor de Mecánico.-- Si buen hombre así es... Pues sabrá usted, no la cague; ya despídase de esta chamba y nos vamos para mi casa, y si quiere trabajar pues lo puede hacer conmigo.


Escucha Mike el pelado este ya no trabaja mas aquí ok.—Ya me la sabia yo tu cabron joto, que cuando vinieras y supieras que era tu paisano te lo ibas a llevar, pues que le vamos hacer, que te valla bien Salvador, me dijo el hombre estrechándome la mano adjunto a un billete de 20 dólares.—Gracias señor por la oportunidad y nos seguimos viendo.


Ya sentados en el carro de mi paisano, y desplazándonos por las calles de la ciudad y en rumbo a Panamá viejo lugar donde mi paisano vivía.


Empezó hablando, cuentéeme patojo y que le hizo venir a Panamá, cuanto tiempo lleva ya aquí viviendo? – No pues usted sabrá Rafael voy de paso, pienso llegar a la tierra del fuego, donde la América se termina, así que solo pienso ganarme unos centavos por acá y luego seguir mi camino.—Y esa locura me pregunto.—Pues yo no pienso que sea ninguna locura, veo nomás en mis ambiciones él poder conocer hasta donde sea los mas lejos y allí llegar, ya me lo puse en mi mente y pienso llevarlo a cabo.—Hay muchacho me dijo, y como piensa hacerle para pasar de aquí a Colombia, ya que le cuento que la carretera Panamericana solo llega a una ciudad de nombre Chepo, que esta como a unos 150 Km. de aquí, y ya partiendo de ahí todo es pura selva, según la gente dice que esta cabron para cruzar esos lugares.—Pues ya veré como le hago, primero tengo que juntar un dinero y luego me monto en mi macho y haber que pasa, no le parece? – Pues allá usted paisano me respondió, ah de paso cual es el lugar donde usted esta quedándose par ir a traer sus cosas, he irnos a casa. – Aquí mismo le respondí en la estación principal de los Bomberos, como a tres cuadras del parque central.


Siendo así que recogimos mis pertenencias y luego llegamos a su casa donde tuve la alegría de conocer a su esposa de nombre Isolina y su hijo el Jr. Muchacho que en ese tiempo acababa de ganarse el premio del mejor ajedrecista juvenil en la República de Panamá y estaba como concursante para ir a Cuba, donde se celebraría un certamen de carácter internacional. Este será su cuarto paisano, pude ir a bañarse cambiarse y luego comemos algo y le voy llevar donde ahora en adelante usted va a trabajar...

Continuara.


Sal Troccoli

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