From Arizona en “Voces del Sur” llega el sudor en canto de arados, la voz de mujeres y hombres de maíz, así la luz de las lechugas, son gentes que emergen del trigo.
No me creas morena?
Pero hoy te vi.
Salías de un mundo de ilusiones.
Prendí mis ojos en los tuyos,
como buscando lo largo de las distancias.
Encontré nomas la soledad,
esa que nace del tiempo,
que nace del sur.
Que nace del norte,
Le encontré en esa distancia que nos separa.
En la noche que habita en tus ojos
Soñé un cielo rebosante,
como floreciendo de la luz de primavera.
Soñé una copa llena de besos
Ese negro que entregas en tu mirada,
es la resurrección de una luz que vive en mi universo.
Es el ardiente alimento de mi esperanza,
que navega por un inmenso túnel,
recorriendo cada encanto que palpita
en cada recodo de tu cuerpo.
Ese negro de tus ojos,
que vive como canto en tus pupilas
me entrega morena distante:
tu voz, como palabra que vibra,
en cada derrame que perfila el dibujo de tus besos.
No comprendo porque me niegas el color de tu sonrisa.
Acaso solo quieres que nazca en mi memoria.
No comprendo porque me escondes,
el negro Mapuche de tu pelo
si puede ser el hilo que remiende
aquel reír que se rompió en la ultima despedida.
La despedida aquella en que tus ojos besaron los míos,
y quedaron como viajeros secretos
volviendo a las raíces de un pueblo que no tiene tus besos.
Déjame derramar el rojo copihue
que vive en la seda de sus pétalos,
como un bello entierro de flores a tus labios;
así cuando el vocablo de los encantos se siente junto a ti,
sola dejes correr la miseria que habita amada
en la mirada de tus ojos negros.
Negor Len
No me creas morena?
Pero hoy te vi.
Salías de un mundo de ilusiones.
Prendí mis ojos en los tuyos,
como buscando lo largo de las distancias.
Encontré nomas la soledad,
esa que nace del tiempo,
que nace del sur.
Que nace del norte,
Le encontré en esa distancia que nos separa.
En la noche que habita en tus ojos
Soñé un cielo rebosante,
como floreciendo de la luz de primavera.
Soñé una copa llena de besos
Ese negro que entregas en tu mirada,
es la resurrección de una luz que vive en mi universo.
Es el ardiente alimento de mi esperanza,
que navega por un inmenso túnel,
recorriendo cada encanto que palpita
en cada recodo de tu cuerpo.
Ese negro de tus ojos,
que vive como canto en tus pupilas
me entrega morena distante:
tu voz, como palabra que vibra,
en cada derrame que perfila el dibujo de tus besos.
No comprendo porque me niegas el color de tu sonrisa.
Acaso solo quieres que nazca en mi memoria.
No comprendo porque me escondes,
el negro Mapuche de tu pelo
si puede ser el hilo que remiende
aquel reír que se rompió en la ultima despedida.
La despedida aquella en que tus ojos besaron los míos,
y quedaron como viajeros secretos
volviendo a las raíces de un pueblo que no tiene tus besos.
Déjame derramar el rojo copihue
que vive en la seda de sus pétalos,
como un bello entierro de flores a tus labios;
así cuando el vocablo de los encantos se siente junto a ti,
sola dejes correr la miseria que habita amada
en la mirada de tus ojos negros.
Negor Len
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