martes, junio 03, 2008

Recuerdo De Mis Viajes Por El Sur De Chile




From Arizona en “Voces del Sur” llega el sudor en canto de arados, la voz de mujeres y hombres de maíz, así la luz de las lechugas, son gentes que emergen del trigo.


Los Archipiélagos en el Sur de Chile

Estos son los Archipiélagos, me dijeron unos hombres al medio día; esa vez hoy recuerdo cuando ando y encuentro el camino, me encuentro en la luz una ruta que solos llevan los almanaques. Navegaba en ese entonces en el rumor de corrientes bravas, que abrazaban esos parajes de espumas de esos lejano mares, ahí amarraba mi corazón en el tumbar de las olas, de un pacifico océano en el sur de la Chilena patria y al final de nuestra América. Cuando esto regresa a mis memorias, siempre le pienso como un adiós a las despedidas.

Coyhaique y Aisen, se llaman esas islas donde navegan Chilenos lobos del mar, herencias de historias marinas, saludaron mi mano y me contaron sus vidas; recuerdo bien la frescura transparente del frió, recuerdo muy bien las tardes en que nos sumergimos en el mar a pescar la vida. A traer el rubio pescado; color de arco iris en su muerte, nos perdíamos en las tinieblas del invierno austral, que calaba el silencio habitante de nuestros corazones.

Mas si, hoy los recuerdos son una alegría... el ayer insiste en mi mente como una luz escapada de la luna, alumbrando el mover de mis labios, alumbrando los labios que insisten en formar un retrato, hoy el eco le escucho en mi mente, diciendo: nuestras manos parecían en el viento, redes pescando aire, tratando de alcanzar el destino de un amor, quizás infinito; Fue ahí donde esos hombres me dijeron: ese amor lo encontramos si, cuando se mora lejos de gobiernos, lejos de donde la ley del hermano ingrato no alcanza.

Es ahí hermano Negor, cuando el humano se siente viajando en la libertad de los pájaros, sus vuelos son un mensaje que llega de la cordillera. La belleza una inmensidad guardada en las alturas.

En estos lugares siguieron diciendo, se siente uno un conciudadano vestido en besos, que son tejidos por el encanto de los abrazos.

Siéntese uno, boca de miel de cerezos palpados como plantas cosechadas en la lejanía de la pena.

Fue asi que muchas veces pregunte a estos Chilenos amigos, como la vida era en los Archipiélagos. Me contaron señor, nosotros por acá somos felices dentro la alegría de las piedras, esas que nos adornan dentro nuestra soledad, aquí lejos de las envidias de una sociedad, lugar alla donde hombres y mujeres, moran, caminan como extraños en el mismo cuarto y en mismo plato. Yo digo que sentí esa belleza, estar atado a la cordillera y a la puerta del mar.

Muchas veces jugué con mi barba y toque los diamantes del roció, cada día, cada minuto que camine fue un siglo derrochador de árboles y estrellas, estos son recuerdos tan largos como el olvido y es por eso, que ahora que me encuentro conviviendo mis momentos, con estos ojos diferentes en Guatemala y otras tierras.

Los Archipiélagos de Magallanes son islas que se encuentran en la parte austral de nuestra América y empiezan al Sur de Chile en la provincia de Llanquihue y en la ciudad de Puerto Mont., luego se despliegan como corazones que amor palpitan en su rumbo al Polo Sur, que esas islas que mucha gente no imaginan también viven gentes como nosotros, con la gran diferencia que nosotros si vivimos el problema del día, vivimos nosotros donde el hombre se viste de policía y automáticamente se torna en un poderoso enemigo de aquellos que comparten el mismo pueblo o ciudad. Porque? No se puede comprender... Igual a ellos siempre lo somos, resbalamos del mismo glóbulo de sangre ese que forma la existencia de las razas.

Sal Troccoli

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